BIO
ALEJANDRA GONZÁLEZ

XX EDICIÓN
24-26.NOVIEMBRE.2023

Alejandra González

Olas

Esta pieza está compuesta por un conjunto de 7 tubos de vidrio en forma de ondas. Cada uno de ellos contiene agua de diferentes mares y están teñidos en diferentes tonos de azul. Representan la conexión global que establece el agua a través de mares y océanos.

Olas es una pieza de instalación que encapsula, dentro de un vidrio creado a partir de arena y productos químicos, agua de diferentes mares y océanos. Es una metáfora sobre la relación entre la arena y el mar. El propio mar es capaz de desintegrar el material que lo encierra. El vidrio se desintegrará una vez finalizada su vida útil. En un futuro lejano, esta pieza volverá a formar parte del mar. Los colores son alusiones a las sensaciones que experimenta el artista frente a estos mares. Cada uno de estos mares tiene su color simbólico y representativo, atribuido según el carácter e identidad percibida por Alejandra.

Red de pesca

Compuesto por una red de pesca, fue recogido por una empresa, Gravity Wave, que se especializa en retirar del mar redes abandonadas para darles una vida útil en tierra. Esta obra de arte imita el mar con un material antagónico. Está dispuesto de forma horizontal, unos centímetros por encima de la altura media de una persona adulta.

Esta red de pescador se extrae de los mares y océanos y es una de las formas de plástico más extendidas en estos espacios naturales. Este material es rescatado de los mares para que ya no sea responsable de los daños causados a las especies marinas. Transportar esta obra al museo es una protección de la biodiversidad y una acción de respeto a los mares que la pieza evoca por su propia forma de ola. Este material vuelve al lugar que le corresponde, el entorno humano.

Vídeo en bucle

El vídeo forma parte de la grabación de la performance "Volver a nacer" que tuvo lugar en el Museo Nacional Thyssen-Bornemizsa.

En el video, Alejandra luce un diseño pensado para evocar las olas del mar. Los ciclos son la herramienta con la que está conectada toda la vida. Volver a Nacer es un espectáculo que acerca el mar al centro de la ciudad (Madrid). Al crear esta performance en un museo que recoge pinturas testimonios del pasado colonial de la cultura occidental, Alejandra pone en primer plano su cultura y creencias, cuya práctica muchas veces estaba oculta en las sombras de esta relación de dominación.

Atrapada

La performance sitúa al artista atrapado en una de las redes ya mencionadas y en la arena dispuesta en el suelo. Los espectadores se colocarán a su alrededor y tendrán acceso a unos auriculares para escuchar el sonido del mar.

Esta performance representa un ejercicio de empatía hacia las especies que sufren el acoso de actividades humanas como la pesca. Es un momento dedicado a la observación de cómo la red aplasta al artista contra la arena. La red rescatada del fondo del mar es la misma en la que quedan atrapados sus habitantes. Destruimos nuestras posibilidades de habitar el único espacio habitable. El impacto del ser humano llega hasta donde nuestra especie nunca ha llegado. Nuestro impacto nos alcanza, se aleja y regresa como una trampa mortal.

Hija

Esta pieza se presenta con un marco dorado que suele utilizarse para marcar algo valioso. En este caso, enmarca y valora una actuación dedicada a la vida. El estilo es barroco, vinculando el aspecto religioso de estos objetos con el espacio en el que se desarrolló la actuación, que se considera Tierra Santa (Israel).

La performance "Hija" es un diálogo con la vida, la madre, la unión a través del cordón umbilical, pero sobre todo la importancia de la vida. Respetar la vida y su valor es lo más vital que tenemos.

Perdí mis fuerzas dentro del agua

Esta serie de la que forman parte dos piezas alude a la relación directa de Alejandra con el mar. Cuando va al mar, acude a una madre, lo que le da seguridad y fuerza. Por otro lado, sus momentos frente al mar son también momentos de vulnerabilidad y pérdida de seguridad en su estabilidad. La pérdida de gravedad hace que la artista sea consciente de sus pies clavados en la tierra para sentir su peso. Gracias a este estado de conciencia, los momentos con el mar son sagrados y fuente de espiritualidad y experiencias.

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